Yo nunca...
Yo nunca me he saltado un semáforo en rojo, yo nunca he escupido desde un puente a los coches que pasaban, yo nunca he visto gran hermano, yo nunca he dejado la gotita en la taza del WC, yo nunca me he puesto insoportable con nadie cuando llevo un pedo que no me tengo, yo nunca he soltado una lágrima en una película.... bueno basta ya!!... nada, Victoria, por más que lo intento, tu ganas. Pues no dice la tía que nunca se ha operado las tetas!! Sera que lo que vemos en la foto son los hermanos Coto Matamoros jugando al escondite!! De todas formas, no entiendo ese ocultismo en torno a las operaciones pectorales. A todas les pasa lo mismo a la hora de reconocer que han pasado por el quirófano y, que yo sepa, no es lo peor que se puede hacer en este mundo. Es más, en el caso de Victoria, el cambio, a mi parecer, además de ser notable en su conjunto, marca a sobresaliente. Antes estaba un poco seca, como mustia... entre esto, el moreno-marronaceo que tiene por tono de piel y que es algo bajita, me recordaba un poco a ET. Ahora, mas rellenita en todos los aspectos, mejora.
No creo que ella se considere a si misma elegante, creo que esto es lo que la prensa intenta hacernos creer, pero su ambición es bien distinta. Los cánones de elegancia distan mucho de lo que Victoria representa. Ella es lo que conocemos por un pibón. Intenta destacar sobre cualquier persona que se encuentre a su lado y lo ha conseguido... mira, quien me lo iba a decir, pues voy a romper una lanza por Victoria Beckham !! Has pasado de ser una niña corrientita de clase media que se comía los mocos en el patio del colegio en vez de la merienda para mantener el tipo, a toda una empresaria, portada de toda revista del cuore que se precie desbancando a la propia Ana Obregón, proclamada enemiga suya y del buen gusto. Eres imitada en tu estilo desde Leganés hasta Cienpozuelos, siendo musa de un glamour algo cuestionable con ropas y complementos cuyo valor compite con las obras del Vaticano, casada con el tío más mediático y maniático del universo, adorado por los peluqueros del mundo entero y perseguido por todo tipo de pedorras en busca de sus 15 minutos de gloria... Sinceramente, no quieres reconocer lo evidente, pues no lo reconozcas, te lo has ganado.
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